abiogénesis [
a-bio-gé-ne-sis]
(Proviene de la palabra a-, bio- y -génesis).
[sustantivo femenino]
Proceso,
más o
menos hipotético,
según el
cual los seres vivos
se originan a
partir de la
materia inanimada. Llamado
también generación espontánea. La
existencia de
dicho proceso fue aceptada
casi universalmente
durante muchos siglos,
pero la
aplicación de los métodos experimentales modernos la desacreditó progresivamente,
hasta que
unas célebres experiencias públicas, efectuadas
por Louis Pasteur, en la
primera mitad del pasado siglo, eliminaron
dicha teoría del pensamiento
científico. A
partir de 1924 la
teoría de la a. resucitó
bajo formas actualizadas,
sobre todo a
causa de los trabajos pioneros
del biólogo ruso A. Oparin. Numerosos experimentos, realizados posteriormente
por investigadores de
todo el
mundo, han
ido confirmando cada vez más la
idea de que la a. tuvo realmente
lugar durante las primeras fases de la
historia de la
Tierra,
si bien el
proceso dejó de darse hace muchos millones de años. Las teorías modernas
sobre la a. establecen que en la
atmósfera primitiva de la
Tierra pudieron formarse sustancias orgánicas relativamente simples (aminoácidos y azúcares) a
partir de los gases que envolvían el planeta:
vapor de
agua,
metano,
hidrógeno,
amoniaco, monóxido de
carbono y
ácido cianhídrico; la
fuente de
energía de estas transformaciones serían el
Sol, la
electricidad atmosférica y el
calor desprendido por la
corteza terrestre. Las moléculas formadas de
este modo serían arrastradas
por las lluvias y
se acumularían en hondonadas y depresiones,
donde,
por medio de
síntesis peculiares, darían
lugar a materiales
más complejos (proteínas, polisacáridos, grasas, nucleótidos, etc. ). Las fases posteriores de esta
evolución química, que
sólo indicaremos escuetamente, consistirían en la
formación de coacervalos, es
decir, glóbulos proteínicos en
suspensión coloidal; de las grandes moléculas de ácidos nucleicos, y en la
aparición de
un “metabolismo externo” debido a acciones enzimáticas rudimentarias. La
culminación del proceso condujo a la
aparición de organismos semejantes a las actuales bacterias,
primero heterótrofos y
más tarde autótrofos.
Con la
presencia de los primeros organismos fotosintéticos, comenzó la sustitución de la
atmósfera inicial por la
actual atmósfera,
rica en oxigeno, y en
consecuencia, los procesos abiogenéticos dejaron de
ser posibles.
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